Hay un sin número de arpistas, que han hecho esfuerzos por mantener viva la cultura del arpa en todo el territorio veracruzano y mas allá de nuestras fronteras.
Muchos de los ejecutantes se han iniciado en la música de manera empírica, a través de la práctica con amigos o familiares que han hecho las veces de maestros transmitiendo sus conocimientos y haciendo perdurar hasta la fecha la ejecución de este instrumento.
La clara necesidad de fortalecer la identidad cultural del veracruzano, se fundamenta en el estado actual de este panorama, que cada vez está más influenciado por la intervención de los ritmos comerciales modernos que se posicionan en los gustos, sobre todo en las generaciones más jóvenes, y se incorporan con la permanencia que dictan las tendencias de los medios masivos de comunicación y las grandes casas productoras de música, en cuyos planes de ejercicio hay poco o nulo espacio para la proyección de música tradicional.
